Patricia López, Elena Monje, Raquel Robles, Eva Rodríguez y Mª José Zapico, son un grupo de 5 graduadas en Ciencia y Tecnología de los alimentos por la Universidad de León. Actualmente mantienen distintas ocupaciones dentro y fuera del ámbito de la tecnología de alimentos, con un gran interés en la mejora de productos y procesos, y con grandes cualidades para la resolución de problemáticas a la hora de llevar a cabo su ejercicio.

 

 

Gracias a un trabajo realizado para una de sus asignaturas de último año de carrera surgió BEYLINA, un producto innovador que consiste en una bebida funcional a base de zumo de melón, puré de plátano y un alga conocida como espirulina.

¿Cuál es la mayor funcionalidad de vuestra bebida?
Su funcionalidad viene dada por su alto contenido en Vitamina C y potasio, lo cual convierte nuestro producto en una bebida que ayuda a mejorar la absorción del hierro y que ayuda a mantener la presión arterial normal.

¿Cuáles son los beneficios que aporta en comparación a otras bebidas ya existentes en el mercado?
El tratamiento de Beylina se realiza mediante altas presiones hidrostáticas, lo que no solo asegura la inocuidad sino que mantiene las propiedades sensoriales de las materias primas, dando al producto final un dulce y marcado sabor a melón con un toque a plátano y una viscosidad en boca líquida y suave similar a la del agua o la leche.

Cabe destacar también que en su composición no se añade ningún ingrediente adicional a los mencionados (ni conservantes, ni edulcorantes…), lo que hace de ella una bebida muy natural y sana (puesto que es de sobra conocido que el consumo de zumos no perjudica la salud aunque de forma natural posean azúcares propios de la fruta).

A este aspecto hay que añadir que es una bebida sin grasas, exclusivamente de origen vegetal, por lo que puede ser apta para un gran público (matizando siempre que no es recomendable su consumo por niños, ni en grandes cantidades, ya que solo se busca su funcionalidad) y posee el doble de contenido proteico que los zumos comerciales normales, por lo que es recomendable para personas con un alto rendimiento físico.

Existen numerosos estudios que demuestran que el consumo de espirulina ayuda a reducir el colesterol en pacientes con ciertas enfermedades crónicas, por lo que según nuestro diseño, el consumo de un par de zumos al día probablemente ayudaría a este efecto, aunque todavía tenemos que realizar más estudios al respecto con nuestro producto final.

Lo que empezó siendo un trabajo de final carrera se ha convertido en una propuesta de negocio con muchas posibilidades de éxito. ¿Qué es lo que os gustaría conseguir?
Nuestra gran ilusión ahora sería poder encontrar nuestra bebida en el mercado y ver la aceptación de la gente hacia ella, o, lo que sería aún más gratificante para nosotras, que ayudase a reducir los problemas de salud de parte de la población dando una mayor y mejor esperanza de vida.

Vuestro producto además ya cuenta con un premio importante ¿verdad?
Sí, participamos en el Premio Nacional ACTA/CL al Desarrollo de Nuevos Productos Alimenticios 2017. En el concurso se realizó una cata del producto con su envase y tratamiento definitivo, y al final logramos una buena acogida consiguiendo la tercera posición.

¿Cuánto tiempo dedicasteis a la creación de Beylina?
El proceso de creación fue bastante prolongado ya que desde la idea inicial del producto que queríamos diseñar, hasta lograr crear un pequeño estudio de su vida útil tras ser tratado, estuvimos varios meses alrededor de este proyecto, entorno a unos 6-8 meses. La continuidad de este proyecto fue debida a nuestra participación en dicho concurso que nos obligó y permitió trabajar más en él y mejorar el proyecto inicial.

¿Es un producto creado exclusivamente por vosotras o habéis contado con el apoyo de la universidad?
Es una pregunta interesante que nos gustaría remarcar. Tanto el producto en sí (formulación), como su procesado, así como sus cualidades funcionales y todos los estudios detrás de nuestra bebida han sido exclusivamente diseñado por nuestro grupo de trabajo, pero siempre remarcaremos y agradeceremos a nuestros profesores los conocimientos aportados a lo largo de la carrera para que eso fuese posible, así como los medios materiales y tecnológico que pusieron a nuestro alcance para poder realizar las pruebas oportunas.

¿Cuáles son vuestros objetivos profesionales a largo plazo?
Bueno, resulta difícil responder de manera general a esa pregunta ya que somos muy jóvenes y cada una tenemos aspiraciones distintas. Entre nuestros objetivos estarían crearnos una carrera profesional en el mundo de la industria alimentaria, poder realizar oposiciones en el ámbito de la seguridad alimentaria (en cuanto sea posible para nuestra titulación), realizar otro tipo de oposición actualmente disponible, etc.

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Una respuesta

  1. Me parece encomiable el que estas jóvenes universitarias tengan este afán investigador. Lástima que no haya más apoyo de las empresas que comercialice estos nuevos productos.
    ¡¡¡Enhorabuena chicas!!

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