Los nuevos retos planteados en cuanto a eficiencia energética en edificios requieren una mejora constante en el aislamiento de las nuevas edificaciones y un mejor aprovechamiento de las ya existentes. En este sentido, hay estudios que demuestran que una gran parte de la energía empleada para calentar o enfriar el interior de una edificación se pierde a causa del aislamiento deficiente en sus puertas y ventanas. Una parte importante del aislamiento deficiente de estos elementos tiene origen en la ineficacia de sus burletes, encargados de evitar el paso del aire a través de sus diferentes partes móviles. Este mal sellado de los burletes puede encontrar su origen en el desgaste, la rotura parcial o total y/o el desacoplamiento parcial o total de los mismos.

Esta condición es muy destacable en las ventanas y puertas correderas, debido a que los burletes que se han estado usando durante los últimos 50 años se basan en un estrecho cepillo de pelo que permite el paso del aire. ­­

En los últimos años ha mejorado la legislación acerca de la eficiencia energética en viviendas y edificios. Gracias a ello se ha mejorado la tecnología de los burletes destinados a la fabricación de nuevas ventanas más eficientes, tanto para ventanas abatibles o practicables como para ventanas correderas.

España, debido al auge del sector, ha pasado de tener cerca de 7 millones de viviendas en los años 60 a tener cerca de 26 millones en la actualidad. Cerca del 75% de estas viviendas tienen instaladas ventanas y puertas correderas por su bajo coste y practicidad, lo que supone un parque inmobiliario cuyo impacto energético está lejos de cumplir los estándares energéticos. Esto no es un caso aislado, en muchos otros países vemos similitudes con nuestro país en las características de edificación.

Muchas de estas ventanas correderas, con los años, se sustituyeron por doble ventana o doble acristalamiento, pensando en optimizar definitivamente el aislamiento de sus viviendas; pero no se obtuvo el efecto deseado por un probable descuido en otros elementos que constituyen un mayor impacto en la pérdida de eficiencia energética, como son los burletes, de los que nos ocupamos aquí.

Hasta ahora, la sustitución de los burletes no había sido planteada debido a las dificultades técnicas que plantea, sobre todo a nivel usuario. Esto requiere desarmar la ventana corredera y trasladarla a un taller especializado en carpintería metálica, lo que conlleva un coste y una incomodidad para el usuario que ha llevado a que el mercado de servicios no haya ofrecido dicha opción. La posibilidad de realizar la instalación de nuevos burletes eficientes en las ventanas in situ ofrece una solución asequible y sencilla para el usuario preocupado por la eficiencia energética.

Esta solución está destinada a los modelos de carpintería de corredera con corte a 90º, que son la gran mayoría de los existentes. En estos, se pueden extraer fácilmente los burletes de los perfiles verticales de las hojas. Sin embargo, no sucede lo mismo en los perfiles horizontales, donde los burletes se encuentran retenidos por unas pequeñas pestañas diseñadas al efecto, evitando así que se salgan con el característico deslizamiento horizontal de las hojas. Salvando las pestañas mencionadas se consigue liberar la salida del raíl en el que van insertados los burletes, permitiendo su sustitución.

Para salvar las pestañas es necesario desviar la salida de los raíles de burletes la mayor distancia que permita el perfil sin deformarlo permanentemente a causa de la limitada elasticidad del material. Es una tarea delicada que consiste en ejercer presión únicamente sobre los bordes de la cara exterior de los laterales del perfil. Así se consigue una inclinación progresiva, fomentando el arqueado del mismo.

Para dar solución al problema planteado se requiere una herramienta que permita realizar la operación de la forma más cómoda posible. Esto es, apoyando sobre el suelo cada hoja de la ventana en posición vertical, junto a una pared libre cercana al marco al que pertenece para evitar su transporte, preferiblemente sobre una superficie antideslizante como puede ser una esterilla o similar. Una vez en el suelo, se sujeta con una mano el perfil horizontal superior y con la otra mano se coloca la herramienta en el mismo para comprimirlo. Después de liberar la salida de los burletes, se inclina la hoja apoyando la parte superior en la pared para dejar las manos libres y así realizar la sustitución de los burletes. Las hojas de ventana de altura mayor a la media se pueden apoyar en el suelo por su lado de mayor longitud, quedando los perfiles horizontales en posición vertical.

Las condiciones específicas que se dan en esta operación hacen que las herramientas monomanuales de compresión y sujeción existentes no cumplan con los requerimientos necesarios a causa de su diseño generalista.

La superficie donde hay que aplicar presión es muy limitada en tamaño y forma, siendo necesaria la colocación precisa de las mordazas que comprimen el perfil.

Las herramientas existentes cuentan con mordazas que pueden tener almohadillas o elastómeros para mejorar la sujeción mientras protegen la superficie que presionan. Dichas almohadillas concentran la presión en un punto de mayor tamaño que la parte estrecha del borde del perfil. Para no presionar más allá del mismo se ha de recurrir al uso del borde de las almohadillas. Esto se traduce en un agarre poco preciso y difícil colocación, que acaba escapándose impidiendo realizar la operación.

El uso de más de una almohadilla de contacto dispuestas longitudinalmente o una sola de forma estrecha y alargada acorde a las medidas requeridas soluciona el problema planteado. Esta solución requiere de dispositivos que hagan coincidir perfectamente las almohadillas y la superficie a presionar, de manera cómoda, rápida y precisa. Esto es, que solo permita colocar la almohadilla en una posición respecto al borde del perfil. En este aspecto, las herramientas que se encuentran están orientadas a ofrecer máxima versatilidad. Esto se soluciona con dos o más topes dispuestos en la herramienta, que limiten la entrada del perfil haciendo coincidir paralelamente las almohadillas con la superficie a presionar.

La superficie donde hay que aplicar presión se inclina progresivamente durante el apriete, lo que requiere la adaptación por parte de las almohadillas a dicha inclinación.

Las almohadillas de las herramientas existentes son planas con esquinas a 90º y cuando la superficie a presionar se inclina queda apoyada únicamente la esquina de las mismas. Esto provoca que la herramienta se resbale y escape del perfil, haciendo imposible la operación. Para adaptarse a la inclinación variable pueden contar con diferentes tipos de mecanismos de rotación que dificultan el manejo, hacen menos precisa la coincidencia de las almohadillas con la superficie a presionar y pueden coger holguras con el uso continuado. Este problema se soluciona usando elastómeros curvados y biselados a lo largo de la superficie de contacto.

La superficie donde hay que aplicar presión se encuentra en posición vertical, lo que requiere de cierta versatilidad en el agarre monomanual de la herramienta.

La disposición vertical de la hoja de ventana supone que el perfil se introduce desde arriba o desde los laterales, tal y como se ha descrito en el modo de realización de la operación. Pues bien, las herramientas existentes pueden tener el agarre monomanual en el mismo lado de las mordazas o en el opuesto. El primer caso tiene un agarre cómodo para introducir el perfil entre las mordazas desde arriba pero no lo es tanto en los laterales. El segundo caso solo resulta cómodo desde uno de los laterales. Esta falta de versatilidad acaba por dificultar en exceso la capacidad de girar la mano buscando el apoyo de los topes para hacer coincidir paralelamente las almohadillas con la superficie a presionar. Para conseguir la máxima versatilidad y adaptabilidad del agarre monomanual respecto a las mordazas, deben girar ambas partes independientemente, de manera que ejerciendo una ligera presión con los topes de la herramienta sobre el perfil, se logre una óptima colocación del agarre.

Por cierto, la posibilidad de que el agarre monomanual pueda girar independientemente respecto a las mordazas, puede utilizarse para mejorar la versatilidad de las herramientas de compresión y sujeción existentes, sea en el sector que sea, ya que las mismas están pensadas para múltiples aplicaciones.

Las herramientas de compresión sobresalen del perfil en el que se utilizan y hacen de apoyo al inclinarla hacia la pared, durante la sustitución de los burletes.

El extremo opuesto al agarre monomanual de las herramientas existentes mencionadas contiene salientes que deterioran la pared.

Si el extremo de la herramienta se configura como apoyo de la ventana, se han de suavizar los salientes y preferiblemente colocar una o varias almohadillas, evitando el deterioro de la superficie donde apoya la herramienta y mejorando el agarre para evitar que pueda deslizarse la ventana.

Las herramientas monomanuales existentes requieren del uso de las dos manos para abrir el hueco entre mordazas y cuando se desea cerrar rápidamente.

Para que un perfil entre holgadamente entre las mordazas hay que abrirlas en exceso para luego cerrar ese exceso lentamente accionando el agarre monomanual o rápidamente desplazando la mordaza móvil con la otra mano.

Para agilizar estos pasos usando una sola mano, se puede disponer de guías o rampas en ambas mordazas, que dirijan el perfil hacia las almohadillas. Estas guías permiten insertar el perfil entre las mordazas sin tener que abrirlas en exceso e incluso desplazar la mordaza móvil para abrir el hueco, introduciendo el perfil entre el hueco de las guías y empujando hacia delante mientras mantiene liberado el vástago de la mordaza móvil.

Además, para evitar el uso de las dos manos cuando se desee cerrar rápidamente el hueco entre mordazas antes de accionar el agarre monomanual, puede accionarse el vástago empujador de la mordaza con el dedo pulgar, cuyo extremo puede contar con una bola o empujador.

Esta herramienta consigue simplificar la sustitución de los burletes en ventanas y puertas correderas de corte a 90º. Cualquier aficionado al bricolaje puede realizar la operación adquiriendo un kit de sellado para ventanas correderas con instrucciones detalladas. Deben surgir además empresas que se profesionalicen en este nuevo mercado, dando servicio al cliente no solo ya de sellado sino también de mantenimiento.

 

Esto abre un nuevo mercado lleno de oportunidades para los fabricantes de burletes de última generación y repuestos.

CÓMO AISLAR VENTANAS CORREDERAS