Mascarilla similar a algunas de las utilizadas por recomendación de las autoridades sanitarias con objeto de autoprotegerse o de proteger a las demás personas de posibles contagios, que tiene la particularidad de incorporar a la mascarilla principal, de mayor tamaño, otra mascarilla adicional, de menor tamaño. La primera es de protección nasal y bucal al cubrir toda la cara y la segunda es de protección bucal.

La utilización de mascarillas, por el personal sanitario, es habitual en el mundo hospitalario como medida cautelar y de protección, frente a posibles contagios, de las múltiples enfermedades que sufren los diversos pacientes que ingresan diariamente.

Es habitual el recurrir al uso de mascarillas cuando se padecen determinados tipos de alergias siendo muy frecuente su utilización en la época de polinización en la que los indicadores de pólenes por metro cúbico de aire son muy altos. De hecho hay emisoras de radio y medios de comunicación escritos que incluyen diariamente dichos indicadores para la más completa información de las personas que sufren ese tipo de alergias.

Hoy día es de plena actualidad el uso de mascarillas por el público en general ante la pandemia que afecta a multitud de países y la carencia de antivirales que permitan proteger a las personas de los patógenos causantes.

En la Oficina Española de Patentes y Marcas se han registrado, en los últimos meses, una gran variedad de mascarillas con características especiales para dar solución a los diversos inconvenientes que se detectan con el uso diario, unas veces por motivos de limpieza o esterilización, otras para evitar la incomodidad de las gomas de sujeción, otras para evitar el empañado de las gafas y muchos motivos más.

 

MASCARILLA DOBLE, UNA PROTECCIÓN TOTAL FRENTE A POSIBLES CONTAGIOS

La mascarilla propuesta tiene la particularidad de estar formada por dos mascarillas superpuestas. Una de ellas cubre la nariz y la boca y la otra, de menor tamaño, está dimensionada para cubrir únicamente la boca.

Entre ambas existe una ligera separación que permite la circulación de aire lo que la convierte en una mascarilla muy cómoda de llevar, de alta protección con la ventaja añadida de que evita en gran medida el empañado de las gafas de las personas que se ven obligadas a llevarlas por motivos de visión o de las que las llevan para atenuar la luz solar.

La sujeción es de tipo goma elástica como en otros muchos modelos.

La mascarilla de mayor tamaño es la pieza buco nasal, que cubre la cara desde la parte superior de la nariz hasta la barbilla, tal como lo hacen las mascarillas habituales.

En su interior tiene acoplada otra, de menor tamaño, que se ha definido como la pieza bucal por cubrir la boca exclusivamente. Ambas están unidas mediante franjas de pegado de tal manera que entre ellas queda un hueco o cámara por donde circula el flujo nasal.

Esta configuración de la mascarilla sanitaria de doble cámara supone una mayor comodidad para el usuario que, además de tener una mayor protección para sí mismo y ofrecer mayor protección a los demás, evita las sudoraciones frecuentes y canaliza los flujos nasales y de boca de manera independiente con la ventaja añadida de que, en caso de usar gafas anula o minimiza el empañado de sus cristales. Cuando no se utiliza, se puede plegar sobre sí misma para guardarla en posición plana.