La recogida de las frutas altas o bajas se hizo durante siglos de una forma muy tradicional, con escaleras y a mano, hasta que posteriormente sacaron el recolector de fruta para facilitar su recogida.
Se les adaptó dispositivos de disparo con barra de acero que empujaban dos bocas y cortaban el tallo. Una abertura en la parte de abajo permitía la salida de la fruta, que se recogía en una red o cesto. Otra opción, era simplemente utilizar una boca abierta con cuchillas en su extremo superior que cortaba la fruta y las pasaba por un colector a la red agrupándolas.
Las bocas de entrada de la fruta de los recolectores existentes, y sus enganches, dificultan la recolección de las frutas más escondidas, especialmente cuando son demasiado grandes. Recientemente podemos encontrar recolectores de tres dedos de ancho y 2m de largo, con lo que hay una gran dificultad para coger los frutos más pequeños y más altos. Al final, la presión sobre ellos para alcanzar su recolección, daña las frutas más tiernas o maduras.
Un recolector más pequeño y ligero
Gracias a este nuevo recolector de fruta más pequeño y ligero es más fácil atrapar cualquier medida de fruta solo con el tallo, manteniéndola en su interior sin ejercer presión sobre ella y sin estropearla.
La innovación, consiste en una pequeña bola de metal ligero de 12 por 12cm compuesta en el extremo de una pértiga que se abre en dos mitades atrapando la fruta en su interior.